Bolonia, ¿hacia dónde va la arquitectura en España?


Podríamos decir que todo lo que está sucediendo en torno al espíritu de la sociedad de nuestro tiempo viene de una alineación de las masas generada por los medios de comunicación. Y esto no es nuevo, sino que es algo que nos viene ya desde que el sistema paternalista de la sociedad del bienestar se instauró en las generaciones posteriores a la Segunda Guerra Mundial.


Los medios de comunicación de masas hacen un papel estupendo generando Ideologías. Esto además lo podríamos vincular con la inmediatez de la información en la que vive el mundo hoy inmerso, que puede ser tanto positiva como negativa. Como aspectos positivos podríamos citar la capacidad para encontrar, pero como negativo podríamos decir que esta inmediatez acomoda a los buscadores de información, quedándose con lo que uno encuentra en esos rastreos inmediatos. Las nuevas generaciones son fruto de esa inmediatez, en lo que viene dado sin esfuerzo tiene más poder que lo propio e individual. La globalización absorbe y genera ideologías de comportamiento en la sociedad. "Ideologías, que gran invento para no pensar!" La ideología rutinaria y la pereza mental, los bulos, las supersticiones generadas del pequeño poder que tienen. Por ello generan dogmas, opiniones y falsificaciones del pensamiento, ya que lo único que debemos pensar es lo que todo el mundo admite como consenso.

Como diría Carlos Marx: Ustedes dicen que todo es apariencia, pues vale. Nos vamos a distinguir las verdaderas de las falsas apariencias. Las subjetividades generadas en la sociedad actual en la que vivimos se las dejaremos a los que se las quieran creer. El ambiente mediático de bulos de nuestro ambiente social solo sirve para llenar de ruido las verdades. Una vez que nuestros sistemas políticos han decidido cuál será la historia que hay que contar, no nos quedará la menor duda que cualquier cosa que se quiera suprimir de la mentalidad colectiva será suprimida. En función del grado de libertad de cualquier sistema esta libertad de información será mayor o menor. Pero independientemente de la libertad, el factor clave es la energía de difusión. Cada uno puede decir lo que quiera, la diferencia está en qué medida se transmite cada pensamiento. Esta es la herramienta discriminatoria de las sociedades democráticas, que intentan fabricar el consenso colectivo de una manera sutil.

En este ruido mediático podríamos encasillar a la situación actual por la que pasan los procesos de adaptación al nuevo sistema educativo Bolonia los planes de estudio de las escuelas de Arquitectura españolas. Aún no se ha llegado a formular en ninguna de las escuelas un plan de estudios en condiciones para arquitectos. Todos son fruto de una arbitrariedad impuesta de una herencia cultural, por lo que acaban siendo caras de una misma moneda: los criterios para formar a los arquitectos del futuro se han dado de lado a favor de unas competencias heredadas históricamente de un sistema franquista, concretamente de la época desarrollista en la que era necesario que un individuo firmase y asumiese toda una serie de competencias profesionales para acelerar los procesos burocráticos de la edificación. Todo criterio que defienda al arquitecto como persona que piensa y se cuestiona su papel social se pierde. Las escuelas de arquitectura, y más en concreto los planes de estudio, se han casado con los colegios de arquitectos dándole la mano a las competencias. El discurso sobre la formación que se imparte se ha dado de lado, más a favor de firmar y hacer caja que de otra postura intelectual.

Los profesionales con capacidad crítica no interesan en el sistema actual, donde prima el hacer ser remunerado para alimentar el capitalismo frente a poner en crisis ética y moral determinados mecanismos que producen rendimiento económico. Se prefieren los técnicos frente a los intelectuales. Prima la doxa frente al epistemie.¿ A dónde vamos a llegar el día de mañana?
¡Usted coma y calle!

1 comentario:

  1. La verdad es que es exactamente lo que vengo pensando desde que empezó todo este "rollo" del plan Bolonia, mucho se habla en las escuelas de la injusticia que podría ser arrebatar al arquitecto sus históricas competencias y poco de que quizás éste sea un buen momento de coyuntura en la arquitectura y la profesión para replantear nuevas formas de organizar los planes de estudio y por tanto la figura del arquitecto en España. Sin embargo pienso que lo primordial en este momento, en el que las cosas suceden muy rápido debido a rápidas e individualizadas decisiones políticas que nos afectan a las decenas de miles de arquitectos y estudiantes que conformamos este gremio, es tratar de defender lo que has luchado durante esos duros años de carrera. Es decir,primero defiende tu posición y luego para digerir las nuevas ideas y expectativas habrá tiempo para formular nuevos conceptos e ideas de la profesión. Si las competencias del arquitecto deben ser disminuidas o desplazadas " a otros campos de actuación" no debe ser por decisiones interesadas de políticos o mejor dicho, asesores de políticos (8 contra 1 arquitectos e ingenieros del consejo). No es tiempo de pensar, sino de actuar (defender). El tiempo, el verdadero tiempo irá poniendo las cosas en su sitio y hacer un Master para tratar de salvar el pellejo es un parche personal, no la solución a los problemas de la arquitectura, el arquitecto, y la sociedad, si es lo que realmente interesa, claro.

    Gabi Fortes

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