“La arquitectura preside los destinos de la ciudad. Ordena la estructura de la vivienda, esa célula esencial del trazado urbano, cuya salubridad, alegría y armonía están sometidas a sus decisiones.Agrupa las viviendas en unidades de habitación, cuyo éxito dependerá de la justeza de sus cálculos. Reserva de antemano los espacios libres en medio de los cuales se alzarán volúmenes edificatorios de armoniosas proporciones. Instala las prolongaciones de la vivienda, los lugares de trabajo, los terrenos consagrados a las distracciones. Establece la red circulatoria que ha de poner en contacto las diversas zonas. La arquitectura es responsable del bienestar y de la belleza de la ciudad. Toma a su cargo su creación y su mejora, y le incumben la selección y la distribución de los diferentes elementos cuya afortunada proporción constituirá una obra armoniosa y duradera. La arquitectura es fundamental para todo”Carta de Atenas, CIAM 1942
La mayoría de las teorías con las que operamos los arquitectos son válidas porque así lo hemos decidido por consenso o influencia histórica. Pero no disponemos de ninguna base científica operativa para aspectos que trasciendan más allá de lo meramente técnico de la profesión. En determinadas situaciones, las herencias se han desechado y se ha roto radicalmente con la tradición, como forma de liberación, en movimientos de revolución política y social que no llegaron a consolidarse. Esto supuso cambios y negación a todo lo previo, asociado a lo religioso, donde nuestro lugar en el mundo había sido usurpado y deformado por este, afectando la libertad. Europa se consolidó como centro civilizado mundial. Era necesario un nuevo mundo, nuevas ciudades y nueva arquitectura adaptada a las necesidades del momento. La revolución industrial y las teorías maquinistas encontraron su culminación en la operatividad necesaria en el realojo de un mundo laico, que posteriormente entraría en guerra y sería necesario reconstruir.
En este sentido, podemos admitir que la arquitectura supo adaptarse funcionalmente a las necesidades que entonces demandaba el momento, de habitación y de técnica. Pero los límites operativos quedaron estrictamente definidos. Un nuevo mundo formal se desarrolló influenciado por diferentes tendencias artísticas. Quizás por esta misma razón lo visual ha tenido más influencia en los aspectos espaciales arquitectónicos, lo cual reduce enormemente las posibilidades evolutivas de la disciplina arquitectónica.
Actualmente, la tendencia privatizadora es un hecho global, se hace necesario replantearnos el concepto de espacio público y el espacio habitable que este genera. El crecimiento demográfico acelerado de las ciudades genera una nueva escala urbana donde la fragmentación y el caos se superponen a la herencia histórica.
Nos preguntaríamos por qué en el campo arquitectónico los edificios son cada vez más tecnológicos e intentan adaptarse mejor a las necesidades de nuestro tiempo, mientras que en el espacio público sólo se juega a generar escenografías urbanas en la mayoría de los casos. Heredado de su nacimiento en el Cinquecento italiano y posteriormente “enverdecido” por los CIAM, ¿serán estas las clave de su decadencia?
Los espacios públicos actuales, asociados a la circulación viaria o zonificados como green areas, no tienen capacidad de adaptarse a las necesidades reales. Estos nuevos lugares supuestamente de sociabilidad se proyectan con nociones naturalistas, y su funcionalidad suele venir asociada en muchos casos a equipamientos. Pero no existen siempre los medios ni la necesidad administrativa de establecer un equipamiento por espacio público.
¿Proyectamos los arquitectos realmente ciudad materializada en espacios públicos o nos limitamos al diseño de zonas verdes? El espacio público es un concepto que va asociado a cuestiones no sólo físicas o geométricas de la construcción del espacio, sino que además depende de sus límites, de su centralidad, de sus usos y funciones cercanas, de aspectos temporales, climáticos y de su capacidad de compresión y de expansión de movimiento. Si necesariamente estos lugares urbanos están asociados a la economía estamos segregando la ciudad. La clave del correcto funcionamiento de éste es el espacio no proyectado o indeterminado, que favorece la actividad pero no la condiciona.


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